Artículo publicado por el Dr. Primitivo Roig en www.primitivoroig.com
Ninguna fórmula resiste inalterable el paso del tiempo. Los modelos y estrategias que durante años han podido aportar éxito pueden convertirse hoy en un lastre. La clave del progreso está en reconocer cuándo ha llegado el momento del cambio. El entorno competitivo, la economía, el estilo de vida, las necesidades y comportamiento de los pacientes, así como el desarrollo científico y tecnológico han evolucionado considerablemente. No es nada beneficioso para la odontología que el profesional no evolucione también. La calidad asistencial ya no es un reclamo o valor diferenciado, es un requisito imprescindible.
La realidad actual nos conduce a reinventarnos como dentistas, sin que eso signifique perder nuestra esencia. Se comparten ocho factores imprescindibles para gestionar un cambio conceptual que nos ayude a lograr un objetivo común para todos: hacer una odontología mejor, disfrutar al máximo, y ofrecerle a la sociedad nuestra mejor versión.
Dentista y algo más
La evolución del sector odontológico nos permite ahora constatar lo que siempre fue evidente: ser un gran dentista es imprescindible, pero no es suficiente para triunfar y ofrecer lo mejor al paciente. También debemos prepararnos como buenos líderes, gestores de clínica y coordinadores de equipo. La formación continua es fundamental dada la velocidad a la que evolucionan los nuevos descubrimientos científicos y prácticos. Si uno quiere estar a la última para ofrecer a sus pacientes lo mejor, la formación constante es una obligación.
Apoyo al colectivo
Se hace cada vez más necesario un mayor corporativismo y la unificación de esfuerzos hacia el mejor posicionamiento de la odontología.La odontología es una profesión de muchos en la que la mayor cantidad de éxitos individuales repercutirá en el progreso y en la reputación de todo el colectivo. Es por ello que todo profesional debería trabajar por conseguir sus objetivos, recordando siempre que forma parte de una comunidad profesional en la que su éxito honrado potenciará el prestigio de la odontología.
Propuesta de valor
El low cost parece reinar en el ruido de una publicidad confusa que no beneficia nada ni a nadie. Hoy hay que competir por una diferenciación adicional, un valor añadido, algo que nos haga únicos. Puede ser un trabajo difícil, pero factible para cualquiera que ponga esfuerzo en adquirir habilidades específicas para ello. La creación de valor es un objetivo que implica a toda la organización. El cambio de mentalidad de todo el equipo será el primer paso para catalizar e implementar otra forma de presentar nuestros servicios a los pacientes.
Mejor comunicar que «vender»
Preocupados por la competencia desmesurada, podemos llegar a creer que para sobrevivir es necesario vender más, conseguir más pacientes, estar en todos los lados y exhibirse. Aquellas clínicas que orientan sus procesos hacia la venta, pueden caer más fácilmente en proponer o realizar tratamientos que el paciente realmente no desea, no valora, no comprende o peor aún, no necesita. La comunicación fluida y honrada establece un sentido de reparto de beneficios más apropiado.
Convivir no es competir
Vivimos un momento de reorganización, en el que a pesar de que a muchos pueda no contentarles, los inversores y ciertos modelos de clínicas dentales han venido para quedarse. No hay marcha atrás, y hay que aprender a convivir, como ha ocurrido en tantos otros sectores y profesiones. Y aunque uno mismo opine que su modelo o visión profesional es sin duda la mejor opcióndebemos comprender que el público es heterogéneo, que hay espacio para modelos diferentes y propuestas diversas que se ajusten a la ética y legalidad, y que será finalmente el propio paciente el que decida.
La era digital
La tecnología corre y avanza muchas veces más rápido que nuestra propia capacidad formativa, la capacidad de adaptación y de amortización. La incorporación de la tecnología tiene cada día un impacto más directo sobre el funcionamiento de nuestra clínica, la optimización del tiempo, satisfacción de paciente y de nuestra propia comodidad. La digitalización ya no es una elección, es una obligación impuesta por el estilo de vida actual.
Pensar más
La vida fast y la falta de tiempo durante la actividad profesional son una amenaza para el equilibrio, la cual puede convertir a un buen profesional en un simple “ejecutor”. Sin embargo, la odontología evoluciona cada vez más hacia un trabajo de “pensadores”. Como dentistas debemos cambiar nuestra agenda hacia modelos más slow en los que los tiempos de ejecución se vean reducidos por la mayor inversión en la planificación y diseño de nuestro trabajo.
Gestión inteligente
Gestionar es vital. Gestionando bien, eliminaremos el despilfarro, ahorraremos y optimizaremos los recursos que tenemos, lo cual posibilitará tener honorarios más competitivos y asequibles sin afectar a la rentabilidad ni a la calidad. Una buena gestión interna es la base principal sobre la que construir una experiencia positiva para el paciente.
Conclusión
Éstos no son sin duda todos los elementos a considerar en este momento de cambio en la odontología, pero sí algunos de los más importantes a los que no deberíamos dar la espalda.
Cambiar significa gestionar los riesgos, aprovechar las oportunidades y apostar por la mejora continua. Cuando el profesional cambie, la odontología también cambiará y así será como cambiaremos tendencias.
Si te identificas con este artículo no dudes en compartirlo y forma parte del cambio.
Publicado en www.primitivoroig.com