El marketing de contenidos se ha convertido en una herramienta esencial a la hora de generar valores de marca, de posicionarnos como una autoridad en nuestro sector y como vehículo para atraer o fidelizar pacientes con información de calidad.
Sin embargo, no todo vale, pues estos contenidos han de adecuarse ineludiblemente al perfil de cada tipo de cliente y a la fase del embudo de conversión en la que se encuentre.
Recientemente, la compañía Content4demand ha realizado un estudio basado en una encuesta realizada a 177 compradores de productos. Las conclusiones de este trabajo son muy significativas, pues un 67% de los encuestados basa su decisión de compra de un producto o servicio en los contenidos de la marca. Nada menos que un 91% de ellos prefiere contenidos visuales e interactivos y un 85% que sean fáciles de comprender y de poca extensión.
Un dato importante que se desprende de este estudio es que los contenidos, además de cercanos y sencillos, han de estar bien documentados, y no deben parecer publicidad agresiva, pues son más valorados los consejos e informaciones aplicables a la vida diaria.
Un aspecto a tener en cuenta en la relación con nuestros pacientes, presentes y futuros, es el lenguaje que empleamos con ellos. Debemos esforzarnos en hablarles en su idioma para crear una relación sólida con ellos.
De este modo, crearemos relaciones de valor, cercanas y profundas, que fomenten su compromiso con nosotros (el llamado engagement).
Hemos de pensar que no es lo mismo dirigirnos a un millennial (los nacidos en los 80 y 90, que se caracterizan por el uso de las redes sociales y su familiarización con la comunicación, los medios y la tecnología digital) que a una persona cercana a los 60 años.
Hemos de tener en cuenta que el boca a oreja es uno de los recursos a los que más acudimos a la hora de acudir a cualquier servicio, con más razón a uno que tenga que ver con nuestra salud y la de nuestra familia. La influencia de otros pacientes es determinante, ya sea en redes sociales o en conversaciones off line.
Aludiendo a otro estudio, en este caso de la consultora Nielsen, la mayoría de los consumidores (8 de cada 10) siguen las recomendaciones de sus amigos y familiares con mayor interés que la de los anuncios y un 76% utiliza las opiniones on line como fuente de información.
Tus pacientes son tu mejor escaparate, invítales a ser protagonistas y difusores de tu mensaje, de tu buen hacer.
Para ello es fundamental que no dejemos nunca de ofrecer una atención de forma personalizada y directa, recordando sus preferencias, sus gustos y aplicándolos en el servicio que les prestamos; al tiempo que nos debemos de adelantar a sus necesidades como pacientes, recordándoles y recomendándoles tratamientos.
Se trata de lanzarnos a la conquista de su corazón y estar ahí cada vez que te necesite. Al final, la vida diaria no es tan distinta a la construcción de una marca.